viernes, julio 28, 2006

Homenaje a Mo


molibdeno.
(Del lat. molybdaena, y este del gr. μολύβδαινα, trocito de plomo).
1. m. Elemento químico de núm. atóm. 42. Metal escaso en la corteza terrestre, se encuentra generalmente en forma de sulfuro. De color gris o negro y brillo plateado, pesado y con un elevado punto de fusión, es blando y dúctil en estado puro, pero quebradizo si presenta impurezas. Se usa en la fabricación de aceros y filamentos resistentes a altas temperaturas. (Símb. Mo).

jueves, julio 27, 2006

Petróleo GAL


La última botella de Petróleo GAL está escondida en algún lugar del Palacio Francés. Sin ella, el cráneo de Aldo Trenzano será pronto un erial, y su autoridad en el barrio: humo. Peor que Sansón; y su Dalila, sin que él lo sepa: el bueno de Ceferino.
Él la encontró un día limpiando uno de los camerinos, olvidada y cubierta de polvo, y la escondió en la taquilla de Nino Gomera, bajo el disfraz de Antológica de Morandi para el número de Arroz Catalina de los jueves que caen en día impar por la noche.
También los Capdeserp – que saben que la mítica Reserva Trenzano se agota - la buscan con disimulo. Sería una jugada maestra en su lucha por el poder hacerse con la última botella de Petróleo GAL del mundo.
Mientras, Ceferino, ajeno al drama, se pasa las tardes en casa de Nino Gomera, acariciando a la Paraguaya y oyendo discos de la Joven Orquesta de Zimbabwe.
¿Qué discos? ¿Los de la serie “Los jóvenes cantan en las calles de Kinshasa”?
No, amiguito, no, no nos confundamos: los de la colección amarillo y oro. Los de la cáscara verde. Los de la Bestia Mulé.

miércoles, julio 05, 2006

Dos de Quevedo



- Son muy bonitos. De Quevedo. Célebres.
- Muy bien.

2

REPRESÉNTASE LA BREVEDAD DE LO QUE SE VIVE Y CÚAN NADA PARECE LO QUE SE VIVIÓ


"¡Ah de la vida!"...¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.

472

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE


Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo.
Poesía original completa
(ed. de José Manuel Blecua)
Planeta, 1981.

Dos poemas de Quevedo para nuestro Emperador


610

“Te crepitus perdit, nimium si ventre retentes.
Te propere emissus servat item crepitus.
Si crepitus servare potes et perdere, nunquid
Terrificis crepitus regibus aqua potesti?”



La voz del ojo, que llamamos pedo
(ruiseñor de los putos), detenida,
da muerte a la salud más presumida,
y el proprio Preste Juan le tiene miedo.

Mas pronunciada con el labio acedo
y con pujo sonoro despedida,
con pullas y con risas da la vida,
y con puf y con asco, siendo quedo.

Cágome en el blasón de los monarcas
que se precian, cercados de tudescos,
de dar la vida y dispensar las Parcas.

Pues en el tribunal de sus greguescos,
con aflojar y comprimir las arcas,
cualquier culo lo hace con dos cuescos.




637

A un bujarrón

Epitafio

Aquí yace Misser de la Florida,
y dicen que le hizo buen provecho
a Satanás su vida.
Ningún coño le vió jamás arrecho.
De Herodes fue enemigo y de sus gentes,
no porque degolló los inocentes;
más porque, siendo niños y tan bellos,
los mandó degollar y no jodellos.
Pues tanto amó a los niños y de suerte,
(inmenso bujarrón hasta la muerte),
que si él en Babilonia se hallara,
por los tres niños en el horno entrara.

¡Oh, tú, cualquiera cosa que te seas,
pues por su sepultura te paseas,
u niño, u sabandija,
u perro, u lagartija,
u mico, u gallo ,u mulo,
u sierpe u animal que tengas cosa
que de mil leguas se parezca a culo!,
guárdate del varón que aquí reposa;
que tras un rabo, bujarrón profundo,
si le dejan, vendrá del otro mundo.

No en tormentos eternos
condenaron su alma a los infiernos;
más los infiernos fueron condenados
a que tengan su alma y sus pecados.
Pero si honrar pretendes su memoria,
di que goce de mierda y no de gloria;
y pues tanta lisonja se le hace,
di: “Requiescat in culo, mas no in pace”.

Francisco de Quevedo
Poesía Original Completa
(ed. de José Manuel Blecua)
Planeta, 1981.

lunes, julio 03, 2006

Senos


LA GIGANTA DE LOS SENOS COMPLACIENTES

El deseo de unos senos suficientes se ase a unos senos gigantescos.
Existe en alguna parte esa giganta de los senos complacientes, los senos que recrían, los senos formidables, los senos que pueden ser estrujados y sobre los que el hombre puede acostarse como sobre una cama de matrimonio. La giganta está acostada en el gran valle. Su sonrisa es condescendiente. Está vestida hasta la cintura porque si no sus piernas resultarían monstruosas y su sexo resultaría un abismo peligroso e inmundo. Una larga hilera de peregrinos caminan hacia sus senos, y otros ya están arrodillados y prosternados sobre ellos. Algunos se esconden trémulos, febriles – amarillos de fiebre - , en la juntura de esos senos, y allí, dedicados a una larga atrición, se curan de la inquietud que traían, causada por el sobresalto que les han dado los senos breves; otros más atrevidos, se esconden bajo el peso del seno que cae y no cae sobre la tabla del pecho, y allí, a la sombra templada, les adormece una pereza ideal, como después de la consecución suprema.
Los senos de la giganta en relación con la luna, como el mar, tienen altas y bajas mareas, y una vida inmensa. Están un poco desgastados por el constante pasaje, y sus pezones tienen esa dolorosa tumefacción de los pezones mordidos por los hijos a los que les salieron los dientes cuando aún no habían dejado se ser mamones o por los niños a los que les duelen y les arden las encías.
¡Oh, senos de la giganta complaciente, senos ubérrimos y copiosos, senos en cuajada cascada, senos para el descanso eterno, senos tranquilizadores, senos verdaderamente grandes, abrumadores hasta el hartazgo, senos que se buscaron en vano - ¡siempre en vano! – bajo una falsa - ¡siempre falsa! – opulencia de los corpiños abultados!”

Ramón Gómez de la Serna
Senos, 1917.